Dedicatoria:
“Para
todos aquellos que saben que la soledad
solo es un seudónimo de monotonía”
El
último suspiro
ÍNDICE
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Dedicatoria Pág. 1
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Índice Pág. 2
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El ultimo susurro Pág. 3
El
último suspiro
Hola
de nuevo.
Es
curioso iniciar una carta o mejor dicho una despedida de esa manera.
Bien, no llamare la atención una vez más, creo que si quisiera eso
no estaría encerrada en mi habitación ignorando el ajetreo que
Jonathan está haciendo, creo que aún no quiere abrir los ojos y
aceptar esto…. En fin, no tengo tanto tiempo, pronto se dará
cuenta de que el gas falta en la cocina y llamará a los bomberos, a
decir verdad, llego a sentir pena y algo de remordimiento por lo que
estoy a punto de hacer…
En
fin, creo que no tengo mucho tiempo… tiempo, irónico… lo que
alguna vez quise y ahora es lo que está a punto de acabase para mí.
Y
no, no soy una “suicida”. No me subestimen.
Se
preguntarán porque lo hice o tal vez no, la verdad no me importa…
solo lo hago por él. Si por el chico que acaba de ir a llamar a los
bomberos.
Realmente
no sé porque estoy haciendo esto ¿suena estúpido? Si, lo sé.
Nunca creí que el suicidio fuera la opción, aunque ahora no tendría
sentido pensar así, porque ya sea que cambiara de opinión, estoy
atrapada y dudo que alguien pueda abrir esa puerta antes de que lo
inevitable pase.
Bien,
creo que comenzare con esto, el merece una explicación y se la daré,
solo espero que no haga nada irracional como yo estoy a punto de
hacerlo.
Regresábamos
de vacaciones de verano, y no podía estar menos emocionada, el
penúltimo curso para mí era una tontería, necesitaba conocer gente
nueva, olvidar las caras comunes y simplemente salir de la rutina.
Aún recuerdo cuando abrí esa puerta y vi ese rostro nuevo y
diferente entre todos, no eras para nada fuera de lo normal, pero me
alegraba de cierta manera el hecho de que hubiera alguien nuevo
porque nunca sabes cuándo puede ser inicio de una nueva aventura.
Después
de verte en la clase de francés no volví a hacerlo ese día,
recuerdo que me la pase en el comedor con Tara y Emi hablando de lo
estresante que era el profesor Coleman al hablar de las relaciones
socioafectivas y la importancia de no sé qué. Aunque realmente no
prestaba atención solo estaba buscándote. Lo sé, parecía una
acosadora.
Paso
una semana exactamente hasta que te volví a ver, al parecer según
lo que había escuchado fuera de la sala de servicios escolares,
habías olvidado terminar tu formulario, lo que me pareció algo
gracioso y tonto porque, ¿a quién se le olvidaba hacerlo?
La
primera vez que te hable estábamos en clase de francés, la
profesora Aymerich dijo que nos juntáramos en binas y te vi, fue
cuando dije que sería mi oportunidad. Recuerdo cuando te hable y te
limitaste a decirme tu nombre, me gusto no era común al menos no por
esta ciudad así que te pregunte de donde eras y la profesora me
reprendió por no estar hablando en francés, fue cuando hablaste y
¡vaya! Si que tenías una excelente pronunciación. Pude darme
cuenta de muchas cosas. 1.- No eras para nada sociable, 2.- Eras
excelente en los idiomas, siempre te he admirado por eso y 3.- Serias
mi amigo, con eso no me equivoque.
En
fin, saltemos a la parte de la historia en la que las cosas empiezan
a ponerse feas. Recuerdo que estábamos en pasando por los exámenes
finales y el estrés estaba por los aires, primero sucedió la pelea
con Tara, mi mejor amiga. Ella estaba celosa, creía que teníamos
algo, nunca te lo dije por no molestarte. Luego recuerdo que el
profesor Coleman intento propasarse conmigo y tuve que golpearlo,
cuando llegue a casa se lo conté a mama y se molestó, dijo que yo
tenía la culpa por vestirme así; siempre ha sido una mujer muy
religiosa.
En
realidad, pasaron muchas cosas, antes de eso. Esta será la primera
vez que hable de esto, o al menos la primera en la que alguien me
escuchará al menos sin acusarme, porque para ser sinceros, ¿Quién
juzga a un muerto?
Aquí
es donde empieza la verdadera pesadilla.
Yo
estaba mal, muy mal después de eso, ¿sabes lo sucia y traicionada
que me sentía? Creí que podía confiar y a pesar de que lo intente
ya vez como salieron las cosas. Te dije que volvieras y en vez de eso
solo me llevaste a mi perdición.
Si
tan solo no hubiera asistido a esa fiesta…
Pero
al final lo hice, ¿no? Aunque, sé que sonare como una zorra, pero
puede dejarlo pasar si tan solo no hubiese habido fotos… oh dios…
¡esas malditas fotos!
Quería
que estuvieras bien y lo único que paso fue que ambos nos caímos,
debí hablar contigo en otro lugar, pero tenías que estar ebrio… y
lo peor, te habías metido esa mierda. Sabes que odiaba las
adicciones por lo que le había pasado a mi abuelo, pero aun así lo
hiciste. Te consideraba un amigo, pero me traicionaste… al igual
que los otros
Te
dije lo importante que era para mí…. Compartí mis más grandes
secretos y sé que realmente sabias lo que empezaba a sentir por ti.
Estabas
intoxicado y sé que no lo hubieses hecho en tus cinco sentidos, pero
eso no quita el hecho de lo sucia que me sentía, de lo podrida que
estoy ahora.
Lo
peor fueron las fotos sin duda, al día siguiente en el colegio no
fue fácil para mí, ya que tus estúpidos amigos se habían
encargado de “conmemorar” el momento con unas cuantas
fotografías.
¿tienes
idea de lo que se siente que te acosen? ¿Qué te envíen fotografías
de ti desnudo teniendo sexo o mejor dicho siendo abusado sexualmente?
No, no lo sabes. Y te odio por eso, porque ni siquiera puedes
acordarte de lo que hiciste, porque la maldita droga estaba de por
medio.
Sabes…
mi madre vio las fotos que publicaron, y como siempre los demás no
tuvieron la culpa, si no que su niñita la “provocativa” que no
puede estar ni un solo día sin caer en la tentación.
Ella
me reto como no tienes ni la menor idea, hoy mi padre haría el
trabajo sucio si no fuera porque ya tomé esta decisión, quisiera
ser más explícita pero no tengo tiempo.
En
este momento empiezo a escuchar las sirenas de los bomberos
aproximarse, pero sabes ya es algo tarde, empiezo a ver las cosas de
manera borrosa.
Solo
recuerda esto…
“los
monstruos no existen, más que los internos” recuérdalo tú me lo
dijiste.
Bien
creo que esta cart llega a su fn, disculoen mi ortografía, empizo a
quedar sin conciencia… ya mo quda nada más.
Sin
nada más que decir…
No
fue un gusto conocerlos.